Reflexiones sobre «El Retorno de los Dioses Fuertes» y la «Nueva Derecha»

Por Alexander Oliveira

Hace no mucho tiempo, el teólogo católico de la Revista “First Things” de EE.UU., Russell Ronald Reno, publicó un interesante libro llamado “El retorno de los dioses fuertes”, en el cual estudia con detención el “consenso de posguerra”. Aquel concepto se refiere al consenso ideológico formado tras la Segunda Guerra Mundial, en la intelligentsia liberal/progresista, e incluso conservadora, en torno a lo que el autor llama “dioses débiles”, como los valores de apertura, diversidad, pluralismo, democracia, derechos humanos, libre mercado, etc. El autor contrasta aquella idea con los “dioses fuertes”[1](Reno, 2020, pp.36-44) , que son los principios y valores que despiertan lealtades fuertes, como la Verdad, la Patria, la comunidad, la jerarquía, el orden, la autoridad, la familia, la solidaridad, la unidad y la religión.

Según el consenso de postguerra, los “dioses fuertes” o las afirmaciones “fuertes” de Verdad  fueron los causantes de la catástrofe que enlutó al mundo entre 1914 y 1945 con dos guerras mundiales, el nazi-fascismo y el comunismo bolchevique. El imperativo surgido de la victoria aliada era el “Nunca Más”. Para ello, autores como Karl Popper, y su libro “La sociedad abierta y sus enemigos”, fue referencia obligada durante aquel proceso de “apertura” de la sociedad, con respecto a sus reglas y valores tradicionales. Había que proceder con las “terapias de desencantamiento” y las “terapias de debilitamiento”(Reno, 2020, pp.100-101, 175), que, según el autor, fueron las usadas para “curar” al mundo de “la personalidad autoritaria” (Theodore Adorno, escuela de Frankfurt) y “la sociedad cerrada”(Karl Popper) que según ese consenso, llevaron al mundo a la catástrofe totalitaria.

En la teoría de la sociedad abierta de Popper y sus implicaciones opuestas a toda metafísica, ya se encuentra el germen del cual beberá la deconstrucción de Derrida, que tiene como objetivo justamente servir de fundamento filosófico de la sociedad abierta, diluyendo todo discurso metafísico “cerrado” y esencialista, reduciendo la metafísica a un mero juego que puede ser invertido y “deconstruido”.  Más aún, las teorías radicales del gender/queer postmodernas, tienen como gran referente a Judith Butler, y ella a Derrida entre otros autores. Si el imperativo de postguerra era suprimir la sociedad cerrada y reemplazarla por la sociedad abierta, tuvieron que pasar algunas décadas para que la deconstrucción haga su trabajo al diluir la “sexualidad cerrada” y el “sistema sexo/género binario” y “cerrado” para reemplazarlo por la “apertura”, esto es, el género no binario, la teoría queer. En la Open Society de Popper está en potencia la teoría queer de Butler, no solo la sociedad debe ser abierta, el “sistema sexo/género” también debe serlo, sin que haya nada definido ex ante como algo “dado” y cerrado a lo cual deba ordenarse.

Si bien es verdad que las guerras mundiales y el nazi fascismo (y el comunismo) fueron terribles catástrofes que deben evitarse a toda costa, es errado culpar a la metafísica occidental tradicional de aquellas calamidades. Al contrario, fueron la ausencia de metafísica trascendente, la inmanencia revolucionaria moderna, el proceso de edificación del Estado moderno que acumuló un poder sin precedentes, sin limitación alguna de no ser la que el mismo Estado se imponía[2](Alvear Téllez, 2018, pp.36-39) las que posibilitaron el fenómeno totalitario y las guerras mundiales. La acusación que hace Popper a Platón y la tradición metafísica occidental de “totalitarios” es una lectura simplista y errada, para la cual la Verdad, la moral y la metafísica en lugar de ser un límite al poder despótico, se confunde con el poder despótico. Solo el retorno a la moral y fe religiosa católica, a la tradición metafísica occidental, como bien entendió el filósofo alemán y valiente crítico de Hitler, Dietrich von Hildebrand, es garantía del “nunca más”. No por nada el llamado “retorno al derecho natural” después de la Segunda Guerra Mundial por breve tiempo entendió que la moralidad y la naturaleza humana son un límite a todo despotismo[3](Castellano, 2009, p.29).

Es la herencia de la Revolución Francesa, su odio anti metafísico y anti teísta, el primer embrión totalitario moderno (Alvear Téllez, 2018, pp.71-110). Reno explica como la intelectualidad progresista y liberal utilizó esa coyuntura para profundizar en el ideario de destrucción de los restos de la sociedad tradicional, especialmente mediante el “desencantamiento del mundo”. El concepto de “desencantamiento del mundo” es original de Weber, y se trata del proceso moderno mediante el cual se rompe la concepción sacral y religiosa del mundo y este es “des-encantado” a través de la moderna razón científica. Es el frío materialismo científico derribando lo sagrado. (Reno, 2020, pp.103-104). Popper y el consenso de postguerra asumen con gran entusiasmo aquel desencantamiento.

Las terapias de debilitamiento en cambio (Reno, 2020, pp.178-179) son aquellas filosofías que ejercen el cuestionamiento crítico radical de toda la tradición metafísica occidental, las raíces cristianas y los valores tradicionales. La tríada de la “filosofía de la sospecha” de Marx, Freud y Nietzsche tuvo gran relevancia para las terapias de debilitamiento y desencantamiento. En lugar de ideales nobles con altura metafísica, se escondían oscuros instintos de poder, de sexualidad, de dominación, prejuicios arcaicos y violencias refundantes. El imperativo es la liberación del hombre de todo Dios, de toda metafísica, de “los dioses fuertes” que atan al hombre a un “sobre ti”, de todos los vínculos comunitarios tradicionales[4] (Ayuso, 2009, p.p219-220). Si bien no es mencionado por el autor, es una radicalización del programa de la Ilustración moderna, que desde la Revolución Francesa propone el mismo ideario. Ahora bien, a diferencia de la Ilustración, aquí se profundizan las armas de la crítica a través de los desarrollos posteriores de Marx, Freud y Nietzsche. Pasamos a la escuela de Frankfurt, de Marx, Nietzsche y Freud pasamos a Lacan, a la deconstrucción de Foucault, Derrida, Deleuze, Guattari; la hermenéutica de Gadamer, el existencialismo de Heidegger. Entramos incluso en la postmodernidad, que pone en tela de juicio las promesas incumplidas de la modernidad, sobre la emancipación del hombre, que no llegó y se procede a una aceleración de la disolución de toda trascendencia metafísica, radicalizando la inmanencia.

Todo este mundo intelectual de postguerra en el fondo comparte premisas comunes, que Reno expone con sintética lucidez. No es que hayan faltado autores que han desentrañado el mundo intelectual progresista post-1945, tenemos a Roger Scruton[5], Thomas Molnar o Russell Kirk, por ejemplo. Pero, Reno edifica una filosofía de la historia en torno a este consenso post-1945 y da las claves para una respuesta que supere dicho consenso.

En las terapias de desencantamiento, según Reno, tenemos la vía de la crítica (Reno, 2020, pp.101-119), es decir, crítica radical de la metafísica occidental, que origina el deconstruccionismo y sus frutos, los cuales se observan en la ideología globalista hegemónica del establishment liberal progresista. Sin embargo, Reno también explica que existe la “vía de la reducción” (Reno, 2020, pp.133-137)que consiste en reducir sistemáticamente por lo más bajo y elemental, los nobles principios de la metafísica y la tradición occidental. Ejemplos paradigmáticos son la psicología social, los científicos sociales (que no ingenieros sociales), y muy especialmente el economicismo de ciertos economistas liberales, sobre todo de la escuela de Chicago, conocida como “neoliberalismo”.

En este punto, resulta conveniente remarcar un punto fundamental. Como el autor lo reconoce, existe una creciente reacción intelectual y política de derecha en Occidente, llamada a veces de modo despectivo por la prensa e intelectuales del establishment progresista como “populismo de derecha”. Por su parte, Reno lo denomina “retorno de los dioses fuertes”, Patrick Deneen y Sohrab Ahmari lo denominan “Derecha Iliberal” o “Postliberal”[6](Young, 2019)[7](Zerofsky, 2021). En Chile y Argentina se le ha denominado “Nueva Derecha” (Barrientos, 2020)[8], (Romero Moreno, 2020)[9] A veces se le denomina “nacional conservador” a este movimiento(ejemplo, el politólogo israelí Yoram Hazony(Hazony, 2018)[10]

En gran medida, hay discusión sobre cual es el contenido de la Nueva Derecha. Mientras que en el mundo anglosajón y europeo en general, esta “Derecha Iliberal” asume una profunda crítica al clásico fusionismo liberal conservador(William Buckley), representado por personajes emblemáticos de la derecha liberal occidental como Ronald Reagan y Margaret Thatcher(Young, 2019)(Reno, 2020, pp.196-205); y con ello, crítica de los excesos brutales de la economía neoliberal posterior a los años 80 y sus consecuencias: desarraigo, destrucción de los vínculos comunitarios, individualismo salvaje, economicismo materialista, destrucción de los sindicatos y pauperización de la clase media occidental, deslocalización de empresas al Tercer Mundo, desindustrialización, primacía del sector financiero, especulativo y de servicios en desmedro de la economía productiva, perdida de la soberanía bajo la globalización, en fin, transformación del benévolo capitalismo de mediados del siglo XX en un “turbo capitalismo” revolucionario y radical(Alvear Téllez, 2014)[11].

En consecuencia, esta Derecha Iliberal propone retornar a un moderado y prudente proteccionismo, tal como intentó Donald Trump durante su mandato, al defender las fronteras frente al cosmopolitismo del consenso post-1945 criticar el discurso de la diversidad, el pluralismo y en el fondo, el nihilismo, defender fuertemente a la familia como base de la sociedad, revalorizar y reivindicar la tradición metafísica occidental y las raíces cristianas de Occidente, defender el sentido de comunidad frente al individualismo liberal, promover una democracia “soberana” como es denominada en Rusia, o “iliberal” o “cristiana” como la denomina Viktor Orban en Hungría. La estrategia apunta a propiciar una economía de mercado más social, proteccionista, con elementos de doctrina social de la Iglesia (la matriz católica de esta derecha sobre todo en EEUU es fuerte[12]), superando los excesos liberales de los últimos 30 años. Y una democracia “iliberal” o “cristiana” en Hungría, o “soberana” en la Rusia.

Ahí está el “retorno de los dioses fuertes”. Un sentido fuerte de nación, si bien Estado-Nación moderno, conserva en palabras de Miguel Ayuso, de mejor manera la politicidad natural frente a la gobernanza tecnocrática globalista (Ayuso, 1998)[13]. Una economía donde prima la comunidad y la justicia frente al individualismo. El retorno de las raíces religiosas cristianas. La afirmación fuerte de la familia (definida de modo esencialista y metafísico) y de los cuerpos intermedios como estructurantes de la sociedad.  La defensa de la cultura y tradición metafísica occidental y por tanto la Verdad, el Bien, la Justicia, el Ser. Todo aquello contra lo cual ha luchado el establishment intelectual post-1945 y que pese al tiempo transcurrido sigue vigente, muy vigente. Pero que no pasa de ser un accidente histórico contingente, un minúsculo punto en la historia universal, que está conduciendo a la sociedad occidental al más grande suicidio de la historia. Y contra eso los pueblos se están rebelando. El caso Trump es un ejemplo paradigmático de esta rebelión de los pueblos frente al cosmopolitismo desarraigado y al elitismo progresista del establishment, incluso frente al liberalismo conservador Reaganita clásico en el GOP, que la derecha iliberal en EEUU denomina “Conservatism.Inc” (Kirkpatrick, 2019)[14].

En efecto, Trump ganó con los votos de los sectores obreros defenestrados por décadas de desindustrialización y deslocalización, por partidos elitistas, por una izquierda norteamericana que los abandonó. Se abrió la posibilidad de una “Derecha Obrera”, como han estudiado autores como Lasch (2003)[15] o Michéa (2020)[16] (desde la izquierda). La tesis de aquellos autores es que la izquierda progresista postmoderna abandonó a las clases trabajadoras, en favor de las políticas de identidad progresistas y los discursos que cambian el sujeto político a las minorías, pactando con el sistema neoliberal[17](Álvarez Martín, 2021). Michéa la llama la “sociedad indecente”. Si bien compartimos el diagnóstico, hay un dejo romántico de la izquierda del pasado que no debemos aceptar en absoluto. La izquierda siempre ha sido enemiga de los pueblos verdaderos, orgánicos, jerárquicos y tradicionales, arraigados en sus creencias religiosas y los vínculos tradicionales comunitarios. Siempre han sido jacobinos, en mayor o menor medida.

Volviendo al problema sobre el contenido de la Nueva Derecha, en Chile la situación es muy problemática. Hay consenso en el mundo anglosajón, paradojalmente, de rechazar el fusionismo originado justamente en esas tierras, en rechazar a Thatcher y Reagan. En cambio, acá la Nueva Derecha designa un difuso pero creciente movimiento de derecha radical, que tiene matrices más bien “paleolibertarias” (para desmarcarse del libertarianismo progresista), es decir, defienden las tesis liberales individualistas de la escuela austríaca de economía, un capitalismo radical, salvaje, brutal, el laissez faire decimonónico “liberal clásico”, combinado generalmente con nostalgia por el autoritarismo de Pinochet y valores tradicionales occidentales(Barrientos, 2020).  Defienden con entusiasmo figuras como José Piñera, Hernán Buchi y otros representantes de los Chicago Boys en Chile, durante la privatización neoliberal de los años 80 y 90. En lugar de cuestionarse la globalización, la asumen en su aspecto económico, generalmente neoliberal.  Tienen como referente más que a Putin u Orban, a Bolsonaro, quien mezcla un discurso de acérrimo patriotismo, valores tradicionales, furibunda crítica anti progresista con un extremo libremercadismo liberal.  Si bien admiran a Trump, ven en él un cuasi paleolibertario.

Esta fórmula está destinada al más rotundo fiasco, no logra desmarcarse de la derecha clásica, de matriz liberal, si bien “liberal conservadora”, es decir, del archi repetido discurso “liberal en lo económico, conservador en lo moral”. No logra sacudirse del consenso liberal de postguerra. Pero como demuestra Reno, este consenso en torno al libre mercado es parte de los mismos dioses débiles de postguerra (Reno, 2020, pp.126-137) y que deben ser superados. Hayek y Friedman comparten el imperativo categórico del desencantamiento del mundo y la sociedad abierta. Su objetivo expreso es mercantilizar todas las relaciones sociales, expandir el mercado a todos los ámbitos de la sociedad para evitar el “totalitarismo”, creando otro monstruo, el despotismo del libre mercado, que es la herramienta para obtener el desencantamiento de todo aquello que super al individuo aislado, como sujeto mercantilizado. Friedman era especialmente partidario de crear una sociedad abierta, como todo el consenso de postguerra y en eso tiene mucho en común con el mismo Derrida, pero llegan por métodos muy diferentes, uno mediante la deconstrucción textual y proveniente desde la izquierda “postmarxista” (después de deconstruir al mismo Marx); otro mediante el libre mercado radical y la “derecha”(Reno, 2020, pp.136-139).

Por tanto, no es posible ni deseable edificar una Nueva Derecha o Derecha Iliberal manteniendo los principios radicalmente individualistas, capitalistas y libremercadistas. Es necesario rescatar de la tradición de las derechas en Chile, las matrices “iliberales”, que cuestionan el liberalismo, incluyendo el liberalismo económico, y allí tenemos el Partido Agrario Laborista de Jaime Larraín García Moreno, referentes como Jorge Prat, Sergio Onofre Jarpa, Carlos Ibáñez del Campo, las Juventudes Conservadoras de la década de 1930 y los social cristianos como Cruz Coke(Brahm, 2018)[18]. Retomar los grandes autores tradicionalistas chilenos como el padre Osvaldo Lira, Juan Antonio Widow, Juan Carlos Ossandón, Mario Góngora, Jaime Eyzaguirre, Bernandino Bravo Lira. También debe haber espacio para nacionalistas Alberto Edwards y Francisco Antonio Encina. Una matriz católica, hispánica, “iliberal”, social cristiana, nacional y popular, “telúrica” (Herrera, 2020)[19], conservadora-tradicionalista, patriótica, ese es el camino para la “Nueva Derecha”. Todo depende de alejarnos de las fórmulas que llevaron al colapso de Chile en el estallido revolucionario del 18 de octubre. Las fórmulas economicistas de Libertad y Desarrollo, la Fundación para el Progreso, es decir, el famoso Chicago-Gremialismo, síntesis de Santo Tomás y Hayek, hecha por Jaime Guzmán con la escuela de Chicago, predominante en la derecha chilena desde 1980. ¿De qué Nueva Derecha se puede hablar cuando los referentes son los que nos llevaron al desastre? Al final pareciera que la Nueva Derecha solo es Nueva en cuanto asume el anti globalismo, en cuanto la globalización se torna de izquierdas, pero no asume ninguna postura crítica de la globalización que lleva al globalismo “de izquierdas”. Hay que asumir un consenso crítico del excesivo neoliberalismo individualista, sin renegar de la economía de mercado que es cierto que ha traído beneficios a Chile, también ha cometido enormes injusticias sociales, se ha sustentado en la más descarnada usura, en una brutal especulación financiera. El modelo necesita correcciones.

Si bien es evidente que el modelo cayó con el triunfo del neocomunismo, que se traduce en la Convención Constitucional, la Nueva Derecha debe ser la alternativa para la reconstrucción de Chile luego del evidente e indudable fracaso de la utopía neocomunista en Chile. No insistir más con el discurso neoliberal(o peor, “paleolibertario”) , que vienen a ser tan utópicos como el comunismo. El bloqueo neoliberal a toda reforma razonable y necesaria al modelo, al acusarlas de “socialismo”, llevó a fortalecer la oposición radical y revolucionaria al modelo desde la Izquierda. Así se llegó al estallido del 18 de octubre.

El retorno de los dioses fuertes a Chile es posible. No obstante, el representante de la Nueva Derecha, José Antonio Kast, es un actor liberal conservador, profundamente chicago-gremialista. Está muy lejos de asumir el discurso que está llamado a tener al final es un UDI de los años 90. Asimismo, en Chile se vive un panorama oscuro que necesita personas que estén a la altura. Reno no lo dice, pero creemos que llamar la escalada neo comunista como el “retorno de los demonios fuertes” puede ser acertado. Nos hacemos eco de la célebre novela de Dostoyevski “Demonios”, donde caracteriza de modo inmortal al espíritu revolucionario de los comunistas, como un odio satánico, gnóstico, a todo lo existente.

¿Cómo fue la llegada de los dioses débiles a nuestro país? En Europa y EEUU fue producto de la tragedia brutal de la Segunda Guerra Mundial y el consenso formado en contra de todo vestigio autoritario, conservador o tradicional, contra todo discurso metafísico. Pero fue un proceso lento, paulatino, durante los años 50 aún se veían los últimos restos del “imperio de los dioses fuertes” un fuerte sentido de solidaridad social, un sentido de patria aún vigente, una economía mucho más benigna que la actual, un sentido de autoridad, en la mayoría de naciones occidentales.. En los años 60 todo estalla y es bien conocida la historia del Mayo Francés de 1968, el Concilio Vaticano II, la revolución sexual, los hippies, entre otros. En aquel momento comenzaron a reinar los dioses débiles en Occidente. En los países hispanoamericanos, los dioses fuertes aún ejercían su imperio hasta bien entrado los años 80 incluso, producto de gobiernos militares autoritarios y el conflicto de guerra fría exacerbado que se vivió. Sin embargo, con la llegada de la democracia en los años 90 ingresó el reinado de los dioses débiles, al menos en líneas generales. En Chile, por otra parte, la aplicación de la economía neoliberal de Chicago, incluso antes que Thatcher y Reagan, fue el caballo de Troya para la instauración del reinado de los dioses débiles. Es exactamente la tesis de Milton Friedman, que tanto defiende el sector de derecha neoliberal en Chile: a mayor libertad económica, hay mayores índices de libertades civiles y políticas, es decir, mayor liberalismo (Friedman, 2012, p.1-40)[20]. Y que después se traduce en “liberalismo cultural”, que no progresismo.

Es la razón por la cual es imposible, un círculo cuadrado, mantener una sociedad de valores tradicionales con una férrea economía de libre mercado neoliberal, el libre mercado radical destruye todos esos dioses fuertes. El libre mercado desacraliza. Su función es desencantar el mundo, al seguir el imperativo de postguerra. Antes de que retornara la democracia en 1990, el neoliberalismo chileno sirvió para sentar las bases  del imperio de los dioses débiles.

Bibliografía:

Alvear Téllez, J.(2014). “Las nocivas tendencias del neocapitalismo. ¿Economía liberal o social de mercado?”, en Actualidad Jurídica, N°30, Santiago.

Alvear Téllez, J. (2018). La crítica al discurso de los Derechos Humanos. El origen. Tirant Lo Blanch:Valencia

Ayuso, M.(1998). ¿Después del Leviathan? Sobre el Estado y su signo. Dykinson: Madrid

Ayuso, M.(2009). “La tan necesaria como difícil rehabilitación del derecho natural”, en en Ayuso, M.(ed.)(2009). Cuestiones Fundamentales de Derecho Natural. Actas de las III Jornadas Hispánicas de Derecho Natural(Guadalajara, Méjico, 26-28 de noviembre de 2008). Marcial Pons: Madrid.

Álvarez Martín, H.(2021). “El asesinato del socialismo a manos del progresismo”, en El Español. Recuperado de https://www.elespanol.com/opinion/tribunas/20211020/asesinato-socialismo-manos-progresismo/620807920_12.html

Barrientos, A.(ed) (2020).  Nueva Derecha: Una alternativa en curso. Centro de Estudios Libertarios:Santiago.

Brahm, E.(2018) “¿Doctrina social de la Iglesia o liberalismo?: Síntomas de división en el Partido Conservador entre los meses finales del gobierno de Ibáñez y la República Socialista de 1932 en la prensa conservadora”, en Teología y Vida, Vol.59 N°3, Santiago. Recuperado de https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492018000300431

Castellano, D.(2009). “Libertad y Derecho Natural”, en Ayuso, M.(ed.)(2009). Cuestiones Fundamentales de Derecho Natural. Actas de las III Jornadas Hispánicas de Derecho Natural(Guadalajara, Méjico, 26-28 de noviembre de 2008). Marcial Pons: Madrid

Hazony, Y. (2018). The virtue of nationalism. Basic Books

Herrera, H.(2020). “Republicanismo popular y telúrico”, en Nuevo Poder. Recuperado de https://www.nuevopoder.cl/republicanismo-popular-y-telurico-hugo-herrera/

Kirkpatrick, J.(2019). Conservatism.Inc : The battle for the American Right. Arktos Media.

Friedman, M.(2012). Capitalismo y Libertad. Ensayos de política monetaria. Editorial Síntesis.

Lasch, C.(2003). La rebelión de las élites y la traición a la democracia. Oniro.

Michéa, J.C.(2020). El Imperio del Mal Menor: Ensayo sobre la Civilización Liberal. IES: Santiago

Reno, R.R.(2020). El retorno de los dioses fuertes. Nacionalismo, populismo y el futuro de Occidente. Biblioteca Homo Legens: Madrid. Traducción de Pedro Mondéjar Marco

Romero Moreno ,F.(2020). La Nueva Derecha .Reflexiones sobre la Revolución Conservadora en la Argentina. Grupo Unión: Buenos Aires.

Scruton, R.(2017). Pensadores de la Nueva Izquierda. Rialp: Madrid. Traducción de Josemaría Carabante

Young, C.(2019). “The rise of the iliberal right”, en Quillete. Recuperado de https://quillette.com/2019/06/11/the-rise-of-the-illiberal-right/

Zerofsky, E.(2021). “How the American Right fell in love with Hungary”, en The New York Times. Recuperado de https://www.nytimes.com/2021/10/19/magazine/viktor-orban-rod-dreher.html


[1] Reno, R.R.(2020). El retorno de los dioses fuertes. Nacionalismo, populismo y el futuro de Occidente. Biblioteca Homo Legens: Madrid. Traducción de Pedro Mondéjar Marco

[2] Alvear Téllez, J. (2018). La crítica al discurso de los Derechos Humanos. El origen. Tirant Lo Blanch:Valencia

[3] Castellano, D.(2009). “Libertad y Derecho Natural”, en Ayuso, M.(ed.)(2009). Cuestiones Fundamentales de Derecho Natural. Actas de las III Jornadas Hispánicas de Derecho Natural(Guadalajara, Méjico, 26-28 de noviembre de 2008). Marcial Pons: Madrid.

[4] Ayuso, M.(2009). “La tan necesaria como difícil rehabilitación del derecho natural”, en en Ayuso, M.(ed.)(2009). Cuestiones Fundamentales de Derecho Natural. Actas de las III Jornadas Hispánicas de Derecho Natural(Guadalajara, Méjico, 26-28 de noviembre de 2008). Marcial Pons: Madrid.

[5] Scruton, R.(2017). Pensadores de la Nueva Izquierda. Rialp: Madrid. Traducción de Josemaría Carabante

[6] Young, C.(2019). “The rise of the iliberal right”, en Quillete. Recuperado de https://quillette.com/2019/06/11/the-rise-of-the-illiberal-right/

[7] Zerofsky, E.(2021). “How the American Right fell in love with Hungary”, en The New York Times. Recuperado de https://www.nytimes.com/2021/10/19/magazine/viktor-orban-rod-dreher.html

[8] Barrientos, A.(ed) (2020).  Nueva Derecha: Una alternativa en curso. Centro de Estudios Libertarios:Santiago.

[9] Romero Moreno ,F.(2020). La Nueva Derecha .Reflexiones sobre la Revolución Conservadora en la Argentina. Grupo Unión: Buenos Aires.

[10] Hazony, Y. (2018). The virtue of nationalism. Basic Books.

[11] Alvear Téllez, J.(2014). “Las nocivas tendencias del neocapitalismo. ¿Economía liberal o social de mercado?”, en Actualidad Jurídica, N°30, Santiago.

[12] Los autores de referencia de esta Iliberal Right en EEUU; Patrick Deneen, Adrian Vermeule, Gladden Pappin, Sohrab Ahmari, R.R.Reno, el padre Edmund Waldstein, Ryszard Legutko, todos son católicos o al menos conversos al catolicismo e interesados en el pensamiento tradicionalista. Es más, han desarrollado una variante angloamericana de tradicionalismo llamado “Integralism” que propone un “Common Good Constitutionalism” opuesto al originalismo liberal conservador propio del mundo americanista.

[13] Ayuso, M.(1998). ¿Después del Leviathan? Sobre el Estado y su signo. Dykinson: Madrid.

[14] Kirkpatrick, J.(2019). Conservatism.Inc : The battle for the American Right. Arktos Media.

[15] Lasch, C.(2003). La rebelión de las élites y la traición a la democracia. Oniro.

[16] Michéa, J.C.(2020). El Imperio del Mal Menor: Ensayo sobre la Civilización Liberal. IES: Santiago.

[17] Álvarez Martín, H.(2021). “El asesinato del socialismo a manos del progresismo”, en El Español. Recuperado de https://www.elespanol.com/opinion/tribunas/20211020/asesinato-socialismo-manos-progresismo/620807920_12.html

[18] Brahm, E.(2018) “¿Doctrina social de la Iglesia o liberalismo?: Síntomas de división en el Partido Conservador entre los meses finales del gobierno de Ibáñez y la República Socialista de 1932 en la prensa conservadora”, en Teología y Vida, Vol.59 N°3, Santiago. Recuperado de https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492018000300431

[19] Herrera, H.(2020). “Republicanismo popular y telúrico”, en Nuevo Poder. Recuperado de https://www.nuevopoder.cl/republicanismo-popular-y-telurico-hugo-herrera/

[20] Friedman, M.(2012). Capitalismo y Libertad. Ensayos de política monetaria. Editorial Síntesis.

Apóyanos:
Become a patron at Patreon!